RATATOUILLE ¿Alboronia, Sanfaina, Tumbet o Pisto?


Un día fui niña, de ello hace ya muchos, muchos años…..y aún sigo siéndolo, me siento y me comporto algunas veces como una niña de corta edad, como aquella niña que fui. Aún, a pesar de mi edad, me cuesta pasar junto a un columpio y no sentarme en él, balancearme y sentir el aire en mi rostro mientras me empujo con la fuerza de mis pies….me gusta correr como cuando era pequeña….suelo hacerlo, pero no por las calles como cuando jugaba con mis amigas al “corre que te pillo”, sino por la vida. Sí, soy como solemos decir en mi tierra, una “maria bullilla”; siempre voy corriendo, como con prisa….

Aunque me gusta pasar ratos tranquilos, leyendo, pero ya no son aquellos cuentos de mi niñez, ni los tebeos de hadas….no obstante sus personajes están grabados en mi corazón, en mi memoria y en el recuerdo de cuando era aquella niña que irremediablemente sale a relucir en cualquier momento.

No me importa parecer infantil a veces y me gusta reconocer que disfruto con ello. Las películas Disney y sus personajes, también marcaron mi vida, mi primer cuento, del que me quedé prendada sin lugar a dudas fue “La Bella durmiente”….aunque no puedo olvidar La Cenicienta. 

Gracias a mi hija, me convertí en una verdadera fan de la película “La Bella y la Bestia” 

¡ Cuantas, cuantas veces la hemos visto y cantado todas sus canciones !

Así que no es de extrañar, que si podía, cada vez que viajaba a Paris quería dedicar unos días a disfrutar como una niña grande, procurando visitar Disneylandia….aunque no siempre lo conseguí, teniendo la suerte si mal no recuerdo, de haber estado en cuatro ocasiones. 

La última vez prendada de una de las películas para niños que más hemos disfrutado los niños “grandes”, sobre todo aquellas personas que como yo, nos apasiona también el mundo de la gastronomía, procurando ver todo lo relativo a ella, a Ratatouille. 

Una película, tierna, dulce, elocuente, toda ella alrededor de los fogones, en donde una simple ratita “Remy” tiene un gran deseo: convertirse en chef. 

Llega a la cocina del mejor restaurante de Paris donde Remy deambula, juguetea y experimente con alimentos, espacios y recetas poco apropiados para un roedor. Alli, con la complicidad de Linguini, un pinche de cocina, se enfrenta a diario, haciendo sus pinitos culinarios, al peligro que supone ser descubierto dado el grave perjuicio que conllevaría encontrar una rata entre los fogones de un restaurante de alta cocina. 

Su receta estrella….el plato que les encumbra es un revuelto de verduras, tradicional de la cocina francesa: “Ratatouille”.

Ella, de alli....llegó a Mi cocina.

¿Y yo me pregunté cuando vi la película?.....¿Qué es la ratatouille que tantas veces como he viajado a Paris, nunca la he comido?....O éso creía yo.

Leyendo y rebuscando sobre la receta….observo que La “ratatouille” es un guisado de verduras de la huerta, perteneciente a la cocina regional francesa que se originó en Niza –región de Provenza- su nombre completo es “ratatouille niçoise” y la etimología del nombre proviene de dos verbos franceses: “tatouiller” y “ratouiller”, ambos originarios del verbo “touiller” que significa “remover”, “agitar”, que es la operación que se realiza en la elaboración del plato.

El ratatouille, según tengo entendido se le puede echar toda clase de verduras, aunque el tomate, la cebolla, el pimiento, el calabacín y las berenjenas son ingredientes básicos; era, al igual que ocurre en platos similares en el resto de la cuenca mediterránea, un plato de campesinos para el que se utilizaban cualquier verdura de temporada.

La receta en sí, no parece que sea anterior al siglo XVI porque antes no se utilizaba la berenjena y si lo analizamos con detenimiento, éste plato puede encontrarse en todo el Mediterráneo, con similares ingredientes y técnicas, en diferentes paises, en los cuales lo consideran autóctono:

Capotana en Italia, Kaputana en Malta, Lecsó en Hungría, Imán Bayaldi en Turquía…y en España, Samfaina en Cataluña, Tumbet en Mallorca y el “pisto” tan tradicional en Castilla-La Mancha y Andalucia.

Dicen los libros que si lleva berenjena se llama "ratatouille", que francesa es ésta versión de la receta, cuando los malagueños creíamos que era tradicional de nuestra tierra, vamos el "pisto malagueño". Sin embargo, la berenjena, en nuestra tradición gastronómica da lugar a la alboronía o almoronía, nombre de resonancias mozárabes que atestiguan quizás el origen del plato.

¿Cual es el verdadero origen? Yo creo que nadie lo sabe, tal vez todos se lo disputan y es de todos…lo que sí tengo claro es que existen casi tantas variantes del Ratatouille, con diferentes nombres, como cocineros.

Las verduras utilizadas en la receta pueden variar en tipo y en cantidad según el gusto de los comensales.

Sea como fuere….yo he preparado éste “pisto” “ratatouille” “alboronia” “sanfaina” “tumbet” o como queramos llamarlo, con el convencimiento de que los grandes cocineros puristas, podrán decir que no es exacta, fidedigna, pero sencillamente deliciosa; siempre bajo la atenta vigilancia de éste simpatiquísimo personaje, “Remy”

Él me acompaña cada día en Mi cocina, desde mi último viaje a Paris…..recordándome, que aún sigo siendo aquella niña ilusionada, feliz, llena de fantasías que gustaba de jugar a las cocinitas, como hoy preparando éste plato en Mi cocina.

¿CÓMO LO HICE?

INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
Un trozo de berenjena, medio calabacín, un tomate grande maduro, un pimiento verde, media cebolla fresca, dos dientes de ajo, una cucharada pequeña de hiervas provenzales (se encuentran en cualquier supermercado), seis cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, dos huevos y sal.

LOS PASOS A SEGUIR:

Pelar la berenjena y lavar el calabacín; cortarlos en trozos pequeños y dejarlos sumergidos en agua con un poco de sal.

Mientras pelar el tomate y cortarlo en trozos pequeños.

Cortar igualmente, los ajos (una vez pelados), el pimiento y la cebolla.

Sacar la verdura del cuenco, escurrirla bien y colocarla sobre papel de cocina a fin de que absorban el agua restante. 

Echar en una sartén cuatro cucharadas de aceite y una vez caliente saltear la berenjena y el calabacín de forma que se doren ligeramente. Retirarlos y reservarlos en un plato. 

En la misma sartén agregar el resto de aceite y pochar a fuego lento la cebolla, los ajos y el pimiento durante unos cinco minutos, salando previamente.

Añadir el tomate y las hiervas provenzales; remover bien y tapar la sartén dejando cocer a fuego muy lento unos cinco minutos más, removiendo de vez en cuando, con cuidado de que las verduras se peguen y se quemen en el fondo de la sartén.

Incorporar la verdura, mezclar bien todos los ingredientes y rectificar de sal, dejándolo cocer unos diez minutos más aproximadamente.

Echar los huevos en el centro, dejar tapado uno o dos minutos, apartar del fuego. Y listo para servir 

Dos frases de la película que me encantan:

Todo el mundo puede cocinar. Este es el lema de Auguste Gusteau, el prestigioso y gran chef que da nombre al restaurante donde transcurre la historia de Remy… 

Cualquier plato mediocre cocinado por un cocinero mediocre tiene más valor que una excelente crítica . Frase del personaje Anton Ego, un temido y estirado crítico gastronómico que es capaz de cerrar un restaurante con su pluma.

3 comentarios

  1. Tenga el nombre que tenga, rico es y será siempre este plato, merece tener un sitio de honor en nuestro recetario. Por cierto, me encanta tu Remy, qué película y qué ratoncito más tierno :) 1 besazo!!!

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  2. me han entrado unasganas de prepararme una samfaina con ese huevo mmmmmmmmm

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  3. Una deliciosa samfaina con ese delicioso huevo en el centro a eso le llamo yo un plato diez, con un buen trozo de pan claro para poder mojar!!
    Un beso

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
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